martes, 18 de diciembre de 2012

Sesión IV


Los tripulantes de este barco volvemos a la carga después de una laguna en nuestro viaje y es que parece que transcurrió una eternidad desde la última vez que nos reunimos debido a que algunos vientos jugaron en nuestra contra, pero habiéndolo superado todo sacamos nuestros cañones y nos posicionamos para disparar.

¿Cómo abrir en esta ocasión el taller si vamos a tratar sobre poesía? Pues fácil, con uno de los grandes:

No volveré a ser joven

Que la vida iba en serio
 uno lo empieza a comprender más tarde
 -como todos los jóvenes, yo vine
 a llevarme la vida por delante.


Dejar huella quería
 y marcharme entre aplausos
 -envejecer, morir, eran tan sólo 
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo 
y la verdad desagradable asoma: 
envejecer, morir, 
es el único argumento de la obra.


Jaime Gil de Biedma
En esta ocasión el arrojarlo a los tiburones no era una opción válida mucho menos si tenemos en cuenta lo que nos transmite este poema y es que si nos paramos a analizarlo puede realmente calarnos hasta lo más hondo.
Una vez puestos en situación nos disponemos a leer los poemas que nuestros dedicados talleristas hicieron para esta reunión. Le tocó abrir la ronda a Rocío, con un poema que reconoció desde un primer momento que los sentimientos ahí plasmados no eran suyos sino que se había basado en el personaje de un libro para escribirlo, cosa que de por sí le quitaba cierto valor; con su segundo poema estuvo más acertada, describiendo una sensación con una imagen que solo las palabras pueden recrear “olas sin agua”. Miguel Ángel nos sorprendió con un poema titulado “Oda geológica” y que contenía tecnicismos y cierta ironía. El poema de Raquel fue de los que más caló, quizás porque todo el mundo se ha podido sentir encerrado en la “cárcel de cristal” que ella nos pintó con sus palabras. Belén nos hizo una llamada de atención a todos con una crítica satírica a la educación y que nos transmitía algo de rabia; en el segundo que leyó nos relató el día a día, pero basándose en tecnicismos y desde un punto de vista diferente.

Para terminar lo hacemos bien y como niños grandes que somos nos ponemos a jugar ¿Qué es lo primero que te viene a la mente si te digo “pedazo de algodón”, “caries”, “uña” o incluso “patata frita”? Pues mucho más que lo que podemos apreciar a simple vista, por ejemplo, de “patata frita” pudimos sacar: Me rompo con facilidad, la patata de mi corazón porque está embasada al vacío…

Para concluir, no podían faltar los “deberes” para la siguiente sesión: Un poema, o dos, o tres… –no ponemos límite que estamos muy locos- en los que se deben hacer relaciones no convencionales entre cosas, forzar esas relaciones entre palabras y encontrar alguna que nadie más vería, como por ejemplo, como acertadamente dijo
nuestro compañero Sergio “Tú sonrisa que huele a libro nuevo” o “Tus ojos del color de la 5ª sinfonía”

Para despedirme usaré una frase de Paulo Coelho: “El que está acostumbrado a viajar, sabe que siempre es necesario partir algún día”