domingo, 21 de octubre de 2012

Sesión I: «El Inicio»


«¿Qué es un relato?» 

Fue la primera cuestión lanzada a los hombres y mujeres de a bordo. «Es una sucesión de acontecimientos organizados en forma de historia. Es algo vivo. Es algo que transmite 'algo´...» Pero, una noticia de un periódico es también una historia. ¿Es eso un relato? «No, porque una noticia debe ser fiel a la realidad de unos hechos, mientras que un relato es ficticio, subjetivo», dijeron. Y ¿qué importancia tiene la longitud del relato? ¿Puede ser tan corto como una oración?

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Microrrelato El dinosaurio de Augusto Monterroso, 1956.

¿O tan largo como una novela de mil páginas? ¿Es lo mismo un cuento que un relato? ¿En qué se diferencian? ¿Con qué elementos debe contar un buen relato? ¿Cuál es su estructura?

En nuestra primera sesión de relato debatimos largamente sobre todas estas cuestiones. Utilizando ejemplos y contraejemplos, e interrogando el imaginario de los asistentes al más puro estilo socrático, logramos dilucidar, entre todos, los límites y características del género narrativo al que iba a ir dedicado el presente taller de escritura.

Así pues, todo esto nos llevó hasta la primera parada del taller, lo más básico, los cimientos del relato que es, efectivamente, su inicio.

Antes que nada, lo primero que necesitamos para ponernos a escribir un relato es la idea desencadenante del mismo, el germen, la dinamita de la creatividad literaria. Para ello, decidimos hacer una rápida lluvia de ideas de la que sacaríamos el marco para nuestro primer «relato piloto» o relato de experimentación, sobre el cual iremos trabajando a lo largo de diferentes sesiones. Gemma fue la elegida para escoger las palabras clave: brujas, inquisición y baile de máscaras.  


Una vez tenemos el tema sobre el que vamos a escribir, nos asalta inevitablemente: dónde comenzar el relato y cómo comenzarlo. 

¿Dónde comenzarlo? 

Hablamos sobre la importancia del inicio. El inicio de un relato debe enganchar al lector desde la primera línea. Asimismo, es importante encontrar el verdadero nudo inicial a partir del cual empezaría la historia que queremos contar. Es frecuente que empecemos a escribir y no lo encontremos hasta al cabo de varios párrafos u hojas. 

En esta parte de la sesión, se dejaron unos 10-15 minutos para que los talleritas aventuraran sobre papel un posible inicio para su relato individual a partir de las palabras claves. La tarde finalizó con la lectura de estos escritos y el consiguiente comentario por parte de los compañeros al grito de ¿burlas, quejas o tomatazos? Si bien esto podría sonar amenazador, nada tiene que ver con la realidad. Todos los intentos fueron válidos, todos tuvieron su parte buena y destacable, y todos su parte que mejorar. 

Belén nos ofreció un inicio con una acción intrigante (la de un clérigo corriendo por un corredor) y una descripción que insinúa realismo (a simple vista no se puede discernir si era del alto o del bajo); Rodrigo hizo converger todos los elementos muy rápidamente con un manejo barroco del vocabulario, pero con una introducción quizás demasiado clásica (una noche lúgubre y fría envolvía Venecia...) y sin haber encontrado el verdadero nudo inicial; Rocío nos sorprendió con un comienzo muy visual y concreto, para luego ampliar la descripción de súbito (de los ojos de las máscaras, al baile) y haciendo apelaciones al lector que parecen difíciles de mantener a lo largo de todo el relato. Raquel, por su parte, propuso un comienzo más propio de un cuento, revelando demasiado pronto todos los detalles, pero sabiendo encontrar un momento culmen, la pulpa del relato (el pinchazo de un dedo con una aguja). Gemma, sin haber llegado a desarrollar mucho su inicio, le dio un enfoque distinto hablando sobre colectivos (las mujeres de un poblado). Y... Miguel se marchó demasiado pronto, así que se quedó sin crítica (¡lástima!).


¿Cómo comenzarlo? 

Se podría decir que hay tantas clases de comienzos como relatos existen, pero sí que podemos abstraer algunos rasgos generales o comunes, tales como comenzar describiendo algo abstracto como un sentimiento o haciendo una sentencia. 

CONSIGNA: 


Para la semana que viene, se propone el ejercicio de rescribir el inicio de tu relato de tres formas diferentes a elegir entre las siguientes: hecho sorpresivo, circunvalación, referencia temporal al futuro, diálogo, retrozoom, flashforward, in media res, interlocutor o cita.


Balance


El pasado jueves fue el primer día que los navegantes leyeron su creación y no sólo nos limitamos a deshacernos en aplausos y alabanzas, sino que fuimos un paso más allá. Hacia el análisis, hacia la crítica constructiva, hacia el nacimiento de ese "lugar feliz", encuentro de otras personas iguales... o digamos que "tan locos como nosotros" que se pueden convertir en el apoyo que necesitamos para mejorar. Me encantó escuchar las impresiones de unos y de otros, así como me pareció que todo el mundo se llevó a casa algo en claro, algo positivo. Eso es lo que destacaría de la primera tarde de relato, y en esta línea espero que siga desarrollándose el taller.

Se despide, y con su adiós incluyendo una bienvenida,
Teresa.





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